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Tarde de muchísimos reencuentros y de ver a compañeros, que hacía bastante que no veías. Esto es lo que suele suceder en los primeros festejos del abono isidril, esperemos que por muchos años. Por el contrario otros seres queridos, ya no pueden acompañarnos en nuestra querida andanada, pero espero que lo estén pudiendo disfrutar desde el cielo.
Así lucía el ruedo venteño para empezar la feria La mañana había comenzado bastante nublada y amenazando lluvia. Horas antes por algunas zonas de Madrid llovió con muchísima fuerza. Cosa que nos adentraba en lo que íbamos a presenciar en la primera de abono, los “grises” de La Quinta, de encaste Santa Coloma. Un hierro que volvía a Madrid después de varios años de ausencia en corrida de toros, exceptuando la novillada del inicio de temporada.
Un buen toro el de Aguilar en su primero por el pitón izquierdo. Y el quinto que le correspondió a Javier Jiménez, también fue para nota. Toros de muchísimos matices y que no pusieron nada fácil, las actuaciones a los espadas. Incluso uno de ellos llegó a lesionar a David Galván, que se tuvo que retirar a la enfermería, con una fractura en el codo izquierdo.
Se anunciaba en la tarde de hoy, el sevillano Javier Jiménez, que ya salió por la puerta grande, el pasado año, el Día de la Paloma, con una gran corrida de Antonio Bañuelos. Para mí no terminó de acoplarse a la condición del animal, que le tocó de nota en quinto lugar, no le exprimió el mando y dominio que exigía.
En definitiva, diferentes matices que nos ha dejado, el pistoletazo de salida, de este maratón isidril.
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