Siete de los ocho puntos del comunicado del Círculo de Periodistas Taurinos del Perú entregado recientemente al alcalde del Rímac conforman un conjunto de buenos deseos que coinciden, en todo, con el sentir del aficionado limeño. Mucho más si lleva agregado el compromiso de tan importante institución de contribuir en todo aquello que sea beneficioso para la fiesta brava, compromiso éste que no es otra cosa que aquél que por estatuto están obligados a cumplir aunque no lo hayan hecho así en muchos años durante los cuales ha guardado cómplice silencio y permanente indiferencia -cuando no obsecuente y colaboradora disponibilidad- frente al abuso y atropello que ganaderos y empresarios han perpetrado contra la afición limeña, la solera de su plaza y los periodistas taurinos que no se alinearon a las exigencias de los poderosos de turno. El alcalde Víctor Leyton atiende Círculo de Periodistas Taurinos
Los buenos deseos allí expresados, en breve síntesis, “exigen” al alcalde del Rímac cosas tan positivas como:
• Mayor respeto para la plaza de Acho (...)
• No autorizar ni permitir la celebración de espectáculos taurinos informales (...)
• Autorizar sólo y exclusivamente a las personas naturales o jurídicas constituidas y habilitadas para la organización y realización de espectáculos taurinos (...)
• Exigir el fiel y estricto cumplimiento del reglamento taurino (...)
• Modificar (...) algunos artículos del reglamento taurino (...) e introducir nuevos artículos para su mejor cumplimiento (...)
• Establecer perfiles, criterios y requisitos (claros y transparentes) para la designación de las autoridades de la plaza (...)
En la parte final del comunicado, plantea su compromiso con las siguientes palabras:
• El círculo de Periodistas Taurinos del Perú contribuirá, permanentemente, a afirmar el sentido histórico, ancestral, cultural y tradicional de la fiesta brava en el Perú defendiendo el prestigio de la plaza de Acho, la Feria del Señor de los Milagros, la autenticidad y pureza de la fiesta de los toros y el estricto cumplimiento del reglamento general de espectáculos taurinos del Rímac manteniéndose atento y vigilante para denunciar los atropellos que se cometan en su contra.
Como podemos ver, nadie en su sano juicio puede sino aplaudir tan buenos y loables deseos y el propósito de enmienda declarado por el Círculo de Periodistas. Es quizás por ello no se ha percatado del lobo que con piel de oveja (carnero, diría yo), se esconde en el numeral 7 del comunicado donde se plantea: Reestructurar el Consejo Taurino.
La tácita intención es clara: Ignorar la reestructuración realizada por la autoridad municipal el año pasado, volver a poner las cosas como estaban y... ¿por qué no? intentar su reingreso al Consejo Taurino al que renunció irrevocablemente por no estar de acuerdo con la reforma. ¿Cuál fue la reforma que no le gustó al Círculo de Periodistas? El que fuesen separados del Consejo las organizaciones taurinas cuyos miembros viven del toro (ganaderos, empresarios y toreros) con intereses pecuniarios en conflicto con las decisiones que deben tomarse dentro de él. En su lugar se nombraron conocidos aficionados que representan al público que con su dinero solventa el espectáculo y, con todo derecho, reclama la potestad de velar por la puridad de la fiesta y decidir a quienes deben entregarse los Escapularios de Oro y Plata, máximos galardones de la feria.
Aunque el Círculo de Periodistas Taurinos no fue objeto de la purga, se identificó con quienes fueron separados del Consejo Taurino al cual renunció por propia iniciativa y, reitero, en forma irrevocable -es decir “sin arrepentimientos”, de una vez y para siempre- para ponerse a disposición del ganadero-empresario y ex arrendatario de Acho, Roberto Puga, e integrar otro consejo taurino paralelo, con mismo nombre del oficial al que se le agregaron dos palabras: “de Lima”. Constituidos como tal, los personajes que lo integraron se autonombraron jurado y establecieron los premios a entregarse a la mejor faena y al mejor toro de la feria limeña a los llamaron... ¿adivina usted cómo, amigo lector? Así es: Escapulario de Oro y Plata respectivamente. Ni más ni menos. Los mismos nombres de los trofeos máximos de la feria del Señor de los Milagros que la municipalidad del Rímac pone en disputa cada año en Acho desde 1947.
No sólo eso. Con la ayuda del equipo de una periodista de un conocido portal taurino, quien también conducía un programa radial y el comentarista del diario Expreso empezaron a propalar comunicados como si fuera el auténtico Consejo Taurino, creando la natural confusión entre los aficionados nacionales y extranjeros. Desde esas trincheras empezaron una campaña demoledora contra el municipio del Rímac y la empresa que hacía esfuerzos para sobrellevar sus propios problemas internos.
Como nunca lo hicieran antes, cuando Roberto Puga era empresario, empezaron a exigir exámenes post morten, cosa que se cumplió en algunas corridas como aquella en la que Enrique Ponce dio clase de tauromaquia... con toros afeitados, razón por la cual el escapulario de oro oficial fue declarado desierto. No opinó igual el falso Consejo Taurino que otorgó un espurio escapulario de oro a dicho matador lo que ocasionó, con la confusión creada con los nombres del organismo y de los premios a entregarse que, desde el exterior, la afición limeña fuese considerada ingenua cuando no ignorante, convirtiéndose en el hazmerreír del taurinismo mundial, sin merecerlo. Esto se agravó cuando el matador Enrique Ponce consignó con orgullo el falso galardón en su página Web, como si fuera el oficial. Foto archivo
Es por todo ello que considero de singular cortesía que el alcalde del Rímac, Victor Leyton, haya recibido, con todo el ceremonial del caso, a la directiva del Círculo de Periodistas Taurinos cuyo presidente Carlos Castillo -el mismo de siempre- le hizo entrega del Comunicado que comentamos. Sin embargo, cometería un grueso error si permite que hoy, cuando el falso consejo, al cual pertenece el Círculo de Periodistas Taurinos, no se sabe en qué anda, a quien representa ni qué intenciones tiene, aceptase como ciertos los buenos deseos, menos aún el propósito de enmienda, de una institución que ha mostrado no tener respeto por la fiesta ni las autoridades legalmente constituidas.
El Circulo de Periodistas Taurinos y el Centro Taurino de Lima (que actuó de similar manera) son dos entidades que por voluntad propia de sus presidentes -con o sin conocimiento y autorización de sus poderdantes- renunciaron libremente al Consejo Taurino de la Municipalidad del Rímac, actuaron en su contra, manchando el prestigio de la afición peruana, y no merecen por ello ser admitidos nuevamente como parte de él, nunca más.
*Fotografía de Lima, del blog de toro, torero y afición, firmada por Reinaldo