S.I.17.- Había máxima expectación en la tarde de hoy, el cartel de ‘no hay billetes’ en las taquillas y había división de partidarios e ilusionados espectadores por la llegada de un joven peruano que va abriéndose camino a base de coraje y valor. Talavante era el reclamo para unos, para otros Roca Rey, Juan Bautista no aparecía en las quinielas pero también estaba allí.

En los corrales una corrida de Núñez del Cuvillo, de variado pelaje y comportamiento, entre nobles, flojos y deslucidos. De todo hubo.

Talavante fue el protagonista principal. Empezó por la mañana en el sorteo y a sus manos fue a parar el mejor lote. Se hizo protagonista también al retrasar el paseíllo, haciéndose esperar por sus compañeros de terna, alguacilillos y por el público. Luego aceleró el paso y fue el primero en llegar ante la presidencia.

Tenía más seguidores que ninguno en la plaza y, junto con su lote, jugaba con ventaja. Cuando llegó la hora de ponerse delante jugó con las ventajas de las formas, de su toreo, y ahí no había discusión posible. Lo que hacía lo hacía mejor que sus compañeros. Su toreo reposado llegaba más a los tendidos que el que practicaron el francés y el peruano. Y para nada hablo de nacionalismos ni de favoritismos.

Talavante mantiene el noviazgo con el público de Madrid

Por si eso fuera poco, que no lo era, fue protagonista también de la feísima voltereta que de pitón a pitón sufrió en el quinto, no queriendo acudir a la enfermería hasta haber paseado el trofeo. Pequeña cornada pero que también suma a la hora de ser valorado por el público. Talavante no estuvo tan ajustado en tiempo y formas como el pasado viernes, pero puso a muchos de acuerdo. Cada toro le dejó más por un pitón que por el otro, de ahí que no pudiera ser tan macizo el trasteo como el otro día. Petición mayoritaria y oreja, aunque esta fuera protestada por algunos y, conceptual y artísticamente, tenga menos reconocimiento que la pasada.

Talavante se ha llevado todo. Juan Bautista ha toreado bien en diversos pasajes pero, es cierto, la gente no había ido a verle a él. Estas tardes tienen eso de malo, máxime si actúas por delante. Aún así, se ha pasado de metraje, alargando en exceso los trasteos y matando por bajo.

Quien casi no se ha visto, aunque no ha perdido ocasión de aparecer en escena, ha sido Roca Rey, al menos el que acostumbra a salir a las plazas otros días. El peruano, otras tardes tan tranquilo y seguro, hoy le hemos visto nervioso y embarullado. Cierto que el lote no ha sido el mejor, pero no ha mostrado su mejor versión y si para Las Ventas su aguerrido toreo no es el preferido, menos lo es si juega sus armas con precipitación o simplemente por que quiere dejar constancia de su valor. Todo a su tiempo, todo requiere medida.

Foto: Plaza 1