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NOVILLADAS DE LA MÉXICO, UN RECUENTO |
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Por
Nadlleli Bastida |
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27/09/2013 ] |
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En la crónica del último festejo de la temporada menor de la Plaza México, apuntamos algunas conclusiones ésta. Hemos dicho temporada menor a lo largo de todo el serial, pues poco a poco ,va quedando de aquello que solía ser la Temporada Chica.
Previo al inicio del ciclo, tratamos de mostrar el panorama bajo el que se llevaría a cabo. Un elenco de “novilleros” muy poco rodados fundamentalmente, por las escases de festejos novilleriles en todo el país. Sí, lo sabíamos de antemano. Aún así, esperábamos que La México fuera esa aduana “difícil”. Por ello, juzgamos que debían echarles novillos con edad y trapío para una plaza de primera. Ni becerros, ni corridones de toros. En primera instancia porque el toro es el principio. Es decir, en este coso, tendría que ser más y no lo que se lidia por otras plazas. Si aquí se baja el listón, en consecuencia, disminuye en el resto de las ciudades y pueblos. Sólo parece haber una excepción: Guadalajara; y allá van prácticamente los mismos que vinieron acá. Además, todos los candidatos sabían previamente, y era además su voluntad, acudir a un compromiso mayor. Al menos en el papel eso es lo que supone ir a La México.
Más de 40 aspirantes hicieron el paseíllo. Comentamos en la crónica de cierre que no llamábamos a todos novilleros, puesto que más de uno, no puede sostener esta categoría. Todos pueden tener el sueño de ser torero, pero también, la vocación verdadera no está en todos, o bien, algunos tendrían que aprender más del ritual, preocuparse por formarse, por comprender que ser torero no sólo es medio saberle al asunto. Comprendemos que las oportunidades son mínimas. Sabemos que hoy en día, en provincia, en plazas menores casi exigen haber comparecido en La México para ser consideramos. No obstante, La México no puede dar cabida a aficionados prácticos, como pareció serlo un muchacho de nombre Joaquín Gallo. O nos deja perplejos, que se considere la viabilidad de acartelar a un hombre de 36 años quien, a esa edad, quizá no sume ni siquiera una decena de festejos formales –por lo menos en plazas de segunda categoría.
Este elevado número de participantes nos dejo este tipo de deslices, por un lado. Por otro, fue quizá el factor primordial de esta falta de cohesión que primó al lo largo de todo el serial. Comenzar con carteles de oportunidad con seis nombre. Intercalar tercias sin alguna constante. Por ejemplo, incluir a un Edgar Badillo o Miguel Alejandro, quienes cortaron una oreja y a Diego Emilio que no logró esto. Y más adelante, repetir en carteles de seis a otros con actuaciones paralelas, de una oreja, como Jorge Rizo, El Gaby, Escobedo. O, hasta poner a uno de los triunfadores de la temporada anterior, también en otra tarde de oportunidad. Pero la cantidad puede tener su lado bueno. Este abarcar mucho puede valorarse como tratar de brindar al menos una tarde a más jóvenes necesitados de ello.
Finalmente podemos repasar, por ejemplo la enorme complacencia de los jueces de plaza para aprobar encierros impresentables y regalar orejas. Al final, esas apéndices sin sustento, cobraron peso. Podemos recordar el encierro de Pablo Moreno como el mejor, por presentación y comportamiento, del serial. Y sin duda, el primer nombre que nos vendrá a la mente al recordar esta temporada es el de Juan Pablo Llaguno. Pero también, nos vendrá a la mente Paola San Román, a quien, mientras llega el siguiente ciclo, será interesante ver en provincia. Luis Ignacio Escobedo será como una especie de bono cuyo plazo serán los siguientes meses. Veremos si lo vivido lo lleve a la alta. Quedaron la solvencia técnica de los españoles De Pablo y Cañero. Por su parte, esperamos el siguiente ciclo para ver nuevamente a los jovencitos Pepe Nava, Sebastián Palomo, Gómez Vega y, urgirá el paso fuerte y firme de José María Macías o Juan Pedro Moreno.
Recordamos pues, la temporada con esta serie fotográfica de Luis Humberto García. Quizá en ella encontremos la articulación que seguimos sin hallar.
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Con un rejoneador, Eduardo Rubí |
Y el primer herido, El Mojito |
En la segunda tarde, el jovencito tlaxcalteca Pepe Nava |
Y su paisano Sebastián Palomo |
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Frausto aguardaba su turno en el tendido |
Mientras, alguno sacaba suertes del baúl que no cobraron relevancia |
José Mari Macías actúo dos tardes |
El Gaby que cortaría una oreja tras esta faena llegaría a la de |
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El matador Arturo Gilio debutó como ganadero |
E hizo lo propio el empresario y apoderado Pablo Moreno |
En esa 7ma. fecha hicieron el paseíllo Luis Ignacio Escobedo y Paola San Román |
La queretana fue volteada justo cuando mejor toreaba |
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Pero volvió al ruedo. Una lástima que no a la temporada |
Luis Ignacio brinda a su padre fallecido una semana antes |
Los toreros cortaban orejas que tenían que guardar |
Pero los Forcados las ovaciones fueron unánimes |
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En la novena se lidió un encierro de Xajay |
Que no cumplió en presentación y tampoco en juego |
También fue para el debut de Llaguno |
Quien no lo hizo ni con desdén ni desprecio, por el contrario |
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Una semana más tarde vimos a Karla de los Ángeles |
Y la repetición de Miguel Alejandro que sólo pudieron dejar detalles |
Cuando no hay argumentos las oportunidades serán en vano |
El español Miguel de Pablo cortó nuevamente un apéndice en La México |
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Al final, el indiscutible triunfador |
Firme y natural |
Con capote |
Y muleta |
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El renglón ganadero no salió muy bien librado |
Encierros disparejos |
Incluso en una misma tarde |
En el 11° festejo se rindió homenaje a la memoria del ganadero Luis Autrique |
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Una temporada pasada por lluvia, pero que la verdadera afición soporta |
Eso sí, todos buscan alguna forma de refugiarse |
Y también proteger los equipos de trabajo |
Luego, los monosabios deben encargarse de arreglar el ruedo |
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Previo a cualquier festejo se requieren preparativos. Primero la suerte |
De la mano de Juan Pedro Llaguno que sirvió las espadas a su hermano mayor |
Los torileros con el orden de lidia y las pizarras listas |
Los mozos se encargan de los avíos |
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Y el servicio de plaza de pintar las rayas de los tercios |
Llegada la hora, los toreros se encomiendan |
Para pedir por su protección y salvaguarda |
Más de la mitad de los novilleros no se salvaron de algún susto |
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Fotos:
Luis Humberto García |
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