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Hablar de toros... En el trabajo, en la barra del bar, en el autobús, hasta en la bicicleta estática en el gimnasio nos bombardean hablando de fútbol, y más estas semanas de atrás con el mundial.
Sin embargo el hablar de toros, por desgracia, es algo que se está perdiendo. Mejor dicho lo estamos dejando perder. Siempre escuché a los mayores hablar de que en tal bar, hotel etc... se juntaban todos los jueves fulano, citano para hablar de toros. Del rumor, antesala de la noticia, de que fulanito había estado bien en no sé donde, que a tal ganadero le habían embestido cuatro de seis en el pueblo de enfrente.
Me considero un apasionado del tema, me encanta hablar pero sobretodo escuchar de toros, y si es de taurinos mayores mejor que mejor. Lo veo como algo muy enriquecedor, porque muchas veces nos creemos dueños de la verdad absoluta del toreo. Y creo que estamos equivocados, pues todos tenemos mucho que aprender los unos de los otros, los aficionados de los profesionales y también al contrario. Qué importante es que el profesional se acerque al aficionado, o al público que acude a un tendido a ver una función de toros. Que el profesional obtenga ese “feedback”... no solamente cuando llega el triunfo sino también cuando pintan bastos.
Si bien es cierto que el asunto objeto de estas líneas es más propio de otras hojas del calendario, se dio el momento idóneo hace escasas fechas.
A pesar de encontrarnos inmersos en plena vorágine de la temporada, los festejos y kilómetros se suceden sin solución de continuidad, me escapé a la preciosa localidad vinícola de Toro para compartir un rato de toros.
Interior de la bella plaza de Toro A escasos metros de su plaza de toros, que es una auténtica joya, casi bicentenaria, la Peña Taurina La Verónica (Cafetería San Francisco) me brindó la ocasión, con su presidente Benito Vega a la cabeza, de charlar durante un par de horas de lo divino y de lo humano.
Una docena de peñistas componía el cartel, al abrigo de un ameno e informal coloquio, en el que se tocaron puntos candentes, desde la feria taurina de la localidad, pasando por el momento actual de la fiesta, así como de la cabaña brava española.
Los peñistas de La Verónica de Toro En definitiva todo un gustazo el ver que todavía queda gente aficionada y además comprometida, que quieren lo mejor, y no me refiero a una feria de campanillas, sino a una feria de calidad acorde con la categoría y afición de esta buena gente. |
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